miércoles, 3 de diciembre de 2014

Feliz no cumpleaños, loca del coño.

¡Feliz no-cumpleaños, Kass!

Zarandeo a Loi impaciente porque se despierte de una vez hasta que abre los ojos.

-¿Qué coño haces, Hachiko?- me dice, visiblemente cabreada.

-¡Es el no cumpleaños de Kass!- chillo, ilusionada.

-¿Eh? ¿ES HOY?

-¡SÍ! ¡Vamos, Kass ya se ha ido a la escuela y tenemos que comprar todas las cosas, Loi!

Loi se levanta y se viste rápidamente mientras yo ando de acá para allá limpiándolo todo y recogiendo las cosas del desayuno. Finalmente, nos ponemos en marcha hacia el pueblo de al lado, donde hay un gran supermercado y está la oficina de correos.

Entramos primero al supermercado. Las calles están húmedas y el olor a tierra mojada impregna el aire. Loi aún refunfuña porque la he despertado, pero igualmente me ayuda a comprar todos los enseres para nuestra pequeña fiesta de tres. Cubiertos de plástico, guirnaldas de cumpleaños, globos, platos de usar y tirar…

Nos acercamos a la pastelería, donde dejo que Loi se tome un bollo como desayuno porque no ha comido y se enfada si no come (y porque me da miedo que me arranque un brazo y se lo jale, ¿vale?) y compro un pastel para Kass, un pastel que encargué hace un tiempo y tiene forma de féonix.
Con mi preciado tesoro culinario en brazos y aún caliente, vamos a correos, donde tenemos “guardado” el regalo de Kass. ¿Qué qué es? Ah ah, Kass. Lee hasta el final.

Nos apresuramos en llegar a casa y prepararlo todo para antes de que llegue Kass, que será pronto. Colgamos las guirnaldas, colocamos el pastel, los platitos, los cubiertos, preparamos té y mando a Loi a que prepare un baño para Kass porque fuera llueve muy fuerte y llegará empapada.

Antes de que Kass cruce el umbral de la puerta, le tapamos los ojos.

-¿Kaceis, locas del coño?-nos chilla y patalea, pero no la soltamos.

-Es que la casa está muy sucia y no queremos que la veas. Tú ve a darte un baño-dice Loi, y la empuja dentro del baño.

Hasta que no oímos chapotear el agua no respiramos. Y entonces vuelve eso de prepararlo todo a la velocidad del rayo y esconder el regalo de Kass (que no es precisamente pequeño) en algún lugar. Kass sale, nos da un mini infarto. Regalo escondido.

-Pero… ¿y esto?- nos pregunta, sorprendida, con el pelo mojado.

-¡Feliz cumpleaños, Kass!-decimos Loi y yo, enseñándole la tarta con las velas. Kass se emociona y nos abraza, haciéndonos tambalear, pero conseguimos sujetar a Kass, a la tarta y a nosotras mismas.

-Os odio, hijas de puta- nos dice, emocionada.

-Yo también te quiero, Kass- sonrío.

-Anda, sopla las velas que si no tendremos tarta de cera- le dice Loi.

Nos suelta y sopla con fuerza mientras pide un deseo. 18 años. ¡Nuestra Kass ya es una chica mayor!

~

Todas juntas nos sentamos a comer tarta, y entonces Loi me guiña un ojo.

-Oye, Loi, ¿le vas a dar a Kass ya el regalo?

-¿Qué regalo, Hachi?

-Eh, dekablais, locas.

-Kass, hazme un favor. Ve a mi cuarto y trae una cosa que está encima de la cama-le pido.

-Güeno, va.

Loira y yo nos miramos, sonriendo, y entonces oímos el grito de Kass que sale con su maletín flamante y nuevo, ese que tanto le gustó.

-HIJAS DE ALSKDAS OS AMO- nos grita, llorando de emoción.

Loi y yo nos dejamos abrazar con una gran sonrisa, porque hoy es el día especial de una personita especial. Kass: quizá no podamos estar cerca ni regalarte el maletín que tanto quieras, pero somos tus hermanas y te queremos desde Sevilla y Almería hasta Madrid.

Este texto se lo dedica  Hachiko a una personita especial, a Kass. A esa chica que me enseñó un mundo más allá, que me enseñó a ser fuerte, aunque ella no lo crea. Kass, que tiene un corazón tan grande como Madrid entero, la chica de los ojos amarillos, hoy cumple dieciocho años en este mundo, y los que te esperan, Kass, a nuestro lado.

Supongo que no es el mejor regalo que te han hecho hoy, y lo sé. Siento no poder darte más que este pequeño texto y un abrazo de datos, pero pequeña, pronto podremos vernos y nadie te va a salvar de que te espachurre en un abrazo. Gracias por enseñarme tantas cosas, Kass, por ser tan tú, por escribir historias que me encantan, textitos que me hacen querer mejorar, por dibujar tantas cosas que me inspiran y me hacen ver que puedo conseguir lo que quiera. Gracias por todo, hermana mayor. Gracias por existir.

Te quiere,


Hachiko.

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