-No, mira, si no aprietas tanto el lápiz no quedará tan mal-
me dice Kass, mientras observa cómo dibujo.
-Lo intento, jopé, pero siempre lo he hecho así- me quejo,
intentando apretar menos.
Estamos en la cocina, dibujando. En
realidad yo tendría clases de bajo pero
decidí aplazarlas para poder venir aquí y pasar el día con Kass y Loira,
ahora que he aprendido también a preparar bizcochos. Se está genial dentro, con
la chimenea encendida mientras fuera diluvia como nunca antes, Loi está leyendo
algo en el sofá.
-Pfffffff, ¡quiero mimos!-exclama.
Kass y yo, absortas en dibujar, no la oímos.
-¡QUIERO MIMOS!
Nos miramos, y reímos un poco, vamos a intentar enfadar a
Loi. Seguimos sin echarle cuenta.
-¡MALDITA SEA QUIERO MIMOS!
¡Pum! Una silla salta en pedazos. Contra mi cabeza. Kass se
empieza a descojonar mientras yo, desde el suelo, me froto el cráneo y Loira,
muy ofuscada, nos dice que la próxima vez nos va (me va) a reventar una de
metal. Kass sigue riéndose desde su silla y yo me levanto, atontada y las miro.
Loira le está gritando a Kass por reírse y amenazándola con pegarle con otra
silla mientras ella se ha caído al suelo y se parte de la risa. Menuda escena,
pero, al fin y al cabo, las quiero. Aunque me revienten sillas en la cabeza.
Me acerco a Loi y la abrazo por detrás.
-Perdona por no echarte cuentas, era una broma. Te quiero.
Y se calma (un poco) y me abraza y me palpa el chichón.
-¿Te he hecho daño?
-Nope, soy una cabezota.
Y nos reímos las tres. Esto es hogar, es mi casa, donde
huele a lumbre y a té, a lápices de colores y gato, a champú de frutos del
bosque y a vida.
-¿Hacemos un bizcocho? Me apetece- digo, una vez se han
calmado las cosas y Kass ha parado de
reírse.
-Pero si no hay de ná.
-Pues tira a comprar, por reírte- le dice Loira a Kass, y le
da una lista, dinero y las llaves de la moto.
-Me cago en ti.
Y Kass sale a comprar mientras Loi y yo seguimos a lo
nuestro, ella leyendo y yo recojo el bajo de una esquina y toco un poco de “La
vereda de la puerta de atrás” para amenizar.
Y Kass vuelve empapada y se mete a darse un baño caliente
mientras Loira y yo preparamos la masa del bizcocho.
-¿Chocolate o limón, Loi?
-¡Chocolate!
Y le echa unas cucharadas bien colmadas de cola cao a la
mezcla. Metemos el bizcocho a hornear, Kass recién salida de la ducha nos lanza
harina y empezamos una mini guerrilla donde acabo con varios huevos rotos por
todo el pelo y la ropa. Dejo a Loi estrangulando un poco a Kass y me doy una
ducha rápida.
Cuando salgo, milagrosamente, todo está limpio y el bizcocho
servido. Ah, y Kass acatarrada. Fuera ha oscurecido y llueve. Nos tomamos un
poco de bizcocho en el sofá viendo pelis de animación como Spirit, que le gusta
muchísimo a Kass, bajo la manta y entre pañuelos moqueados, pero abrazadas.
Loira tiene sus mimos, Kassandra no ha sido asfixiada por Loira y yo estoy
feliz de poder estar con dos de las personas a las que más quiero en este
mundo.
Ahora es cuando Hachi vuelve a brillar con fuerza.
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