¿Recuerdas cuando nos conocimos? ¿Recuerdas cuando me contaste la historia de
cómo conociste a tu hermanita? Claro que lo recuerdas. O eso espero. Ahora que
me has visto, tanto feliz, como preocupada, triste, agobiada... Seguro que
sabes que ahora estoy rota. Y que esto, y todos tus abrazos, tus mensajes y tus
sonrisas me están arreglando. Y ahora, no me enrollo más y te dejo disfrutar.
Te quiero muchísimo Nana chan.
"Mierda, otra vez." pienso, mientras toso. Estoy en el sofá de mi habitación, viendo SAO2, pero apago el monitor y suspiro. Vuelve el nudo en la garganta, las ganas irremediables de llorar. "¿Por qué me hacen esto?" me pregunto, mientras me visto. ¿A dónde voy? A tu lado. No quiero seguir aquí, lamentándome y sufriendo. Me marcho. Apago el móvil y abro el armario, como siempre. Cierro detrás de mí, y mis ojos también.
Llueve y me está calando. Gracias al cielo tengo mi chaqueta conmigo. Sí, esa calentita que tiene mi olor grabado y en la que me gusta acurrucarme porque me queda como un saco. Camino hacia la cabaña, donde hay luz. No esperaba encontrarte aquí, y me alegra la idea de poder abrazarte. Sigo resfriada, toso un poco en el trayecto pero llego bien. Abro en silencio y te veo sosteniendo un té calentito mientras Pequeño Ayudante de Satán te observa desde su sitio favorito.
-Hachiko, no esperaba verte aquí. ¿Qué ocurre?
-Abrázame.- me abrazas y el nudo en la garganta desaparece. Me acaricias el pelo y me relajo, al fin estoy en mi lugar.
-Todo está bien Hachi. Vamos a tomarnos un colacao.
"Mierda, otra vez." pienso, mientras toso. Estoy en el sofá de mi habitación, viendo SAO2, pero apago el monitor y suspiro. Vuelve el nudo en la garganta, las ganas irremediables de llorar. "¿Por qué me hacen esto?" me pregunto, mientras me visto. ¿A dónde voy? A tu lado. No quiero seguir aquí, lamentándome y sufriendo. Me marcho. Apago el móvil y abro el armario, como siempre. Cierro detrás de mí, y mis ojos también.
Llueve y me está calando. Gracias al cielo tengo mi chaqueta conmigo. Sí, esa calentita que tiene mi olor grabado y en la que me gusta acurrucarme porque me queda como un saco. Camino hacia la cabaña, donde hay luz. No esperaba encontrarte aquí, y me alegra la idea de poder abrazarte. Sigo resfriada, toso un poco en el trayecto pero llego bien. Abro en silencio y te veo sosteniendo un té calentito mientras Pequeño Ayudante de Satán te observa desde su sitio favorito.
-Hachiko, no esperaba verte aquí. ¿Qué ocurre?
-Abrázame.- me abrazas y el nudo en la garganta desaparece. Me acaricias el pelo y me relajo, al fin estoy en mi lugar.
-Todo está bien Hachi. Vamos a tomarnos un colacao.
Yo
también me preparo mi colacao calentito y me lo tomo con una cucharadita de
miel, para la garganta. La lluvia sigue como siempre, repiqueteando en el
techo. Miro a la nada de nuevo, como quién cae de súbito al agua me hundo en mí
misma y en el silencio que conlleva.
-¿Hachiko?
Ponte la chaqueta, he tenido una idea-me llamas, y te miro como quién acaba de
despertarse.
-¡Voy!-contesto,
al cabo de unos segundos.
Las
gotas caen sobre nosotras con fuerza y nos calan, se nos llenan los pies de
barro, respiramos entrecortadamente y seguimos bailando bajo la lluvia y
riendo. Haciendo las locuras que necesitaba hacer para olvidarme de todo lo
malo. Y sonrío. Siempre que estás conmigo sonrío y me dejo llevar.
-¡Eh!
¡Os vais a mojar!- Kass aparece de sopetón y corre a unirse a nosotras. Al fin
me siento en casa, al fin siento que
estoy donde me corresponde, al lado de las personas que más quiero.
“Aquella
noche, Hachiko, Nana chan y Kass se quedaron abrazadas en el sofá viendo
películas de Disney en el antiguo televisor, bajo una buena manta, con un buen
chocolate caliente y con Pequeño Ayudante de Satán hecho una rosca frente a la
chimenea. Y Hachiko sonrió al pensar que por fin podía despejar su mente y
querer sin miedo a perder”.
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